El fraude bancario va en aumento. De hecho, según una reciente encuesta de KPMG a 43 bancos importantes de todo el mundo, no sólo está aumentando el número de casos de fraude, sino también el valor del fraude en general. Con cada vez más datos personales expuestos online, las posibilidades de fraude van en aumento y la toma de control sobre cuentas corrientes se convierte en un riesgo creciente. En gran parte, este aumento del fraude es el resultado de las estafas por robo de identidad.
En respuesta, la mayoría de los bancos han duplicado la seguridad, intensificando sus controles en un esfuerzo por mejorar los procesos de autenticación de sus clientes. Se han desplegado tecnologías de autenticación y se están incorporando instrumentos de prevención y detección del fraude en tiempo real, aplicándose, asimismo, nuevos límites y protocolos de autenticación más estrictos para las transacciones de mayor riesgo.
Muchas organizaciones se ven obligadas a incorporar dos o más factores de autenticación en los flujos de trabajo de sus contact centers, y al mismo tiempo conviven con la necesidad de mantener sus gastos al mínimo y la satisfacción de sus consumidores. Esto conlleva a que la autenticación inteligente requiere de una recopilación más exhaustiva de puntos de datos diferentes sobre los clientes de forma individual.
La tecnología de Real Time Authentication daría lugar a una experiencia del usuario fluida y sin fricciones. La seguridad y la confianza en la autenticación de los clientes es alta y continua, en tanto que la incidencia del fraude y el robo se reducen, y los recursos se utilizan de manera más eficiente.
Ahora bien, la disrupción proviene no de la recopilación de datos diferentes de cada cliente, sino de hacerlo en tiempo real, para prevenir presentes y futuras sospechas de fraude. De hecho, Forrester Research dice, en su informe “The Future of CX”, que la experiencia del cliente se está moviendo a casi tiempo real, y afirman que el tiempo como valor se convertirá en un punto muy relevante de diferenciación. Las compañías no se destacarán a menos que puedan monitorizar, gestionar y por tanto mejorar las experiencias de sus clientes minuto a minuto