La experiencia de cliente es un concepto cada vez más relevante en cualquier negocio. Conlleva todo el universo de percepciones que un cliente tiene después de haberse relacionado con una marca, producto o compañía de forma física, racional o emocionalmente. Pensar que esa percepción no determina el comportamiento de los clientes en su propensión a compra, su fidelidad e incluso la promoción que realizará sobre esa marca es un gran error.
Engloba por tanto todas las interacciones, desde la propia atracción inicial y el interés que han podido generar las campañas de marketing, el descubrimiento de la marca que realiza el cliente, la compra del producto o servicio, su posterior utilización o consumo, el servicio post venta e incluso el abandono. Su alcance es integrador, uniendo al negocio en torno a la visión del cliente.